El 17 de septiembre de 1917, The New York Times publicaría por primera vez un anuncio de la revista de negocios SYSTEM, la cual se imprimía como suplemento en el periódico Chicago Tribune. Este anuncio pasaría a la historia en la forma de una manzana después de diversas adaptaciones. El anuncio original se titulaba La diferencia entre ideas y dólares y decía lo siguiente:
Tú tienes una idea, yo tengo un dólar. Los intercambiamos. Ahora tú tienes mi dólar. Ninguno de los dos está mejor que antes.
Tú tienes una idea, yo tengo una idea. Las intercambiamos. Ahora tú y yo tenemos dos ideas. Esa es la diferencia.
Existe otra diferencia, sin embargo. Un dólar puede hacer un número limitado de cosas. Compra cierto número de papas y no más. Pero una idea que se adapte a tu negocio puede proveerte de papas para toda la vida. Incluso construir un palacio donde puedas comerlas.
Como estudiante de la Facultad de Contaduría y Administración todavía encuentro divertido (y sorprendente) cuando gran parte de mis compañeros bajan la voz y adoptan un halo de misterio cuando se trata de hablar sobre sus ideas de negocio. Algunos profesores incluso promueven este hermetismo para reducir las probabilidades de que alguien “robe nuestra idea”.
A pesar de todo, aquello que podría parecernos egoísta y huraño tiene mucho sentido si miramos los índices de confianza que México presenta 1. Cuando a los mexicanos les preguntan si “pueden confiar en la mayoría de las personas, o tiene que tener cuidado al tratarlas” sólo el 29% de ellos creen que sí. Creemos que los demás pueden hacernos más mal que bien.
A la hora de compartir nuestras ideas, en especial aquéllas que nos apasionan debemos ser capaces de superar dicha desconfianza. Si queremos que personas con el mismo ímpetu y la misma pasión tomen parte en nuestros proyectos debemos, en primer lugar, hablar de ellos, asegurarnos que todos conozcan nuestras verdaderas intenciones. Si queremos que las oportunidades nos sean notificadas por los demás debemos asegurarnos que todos sepan el tipo de oportunidades que estamos buscando. Si queremos hacer crecer nuestras oportunidades debemos, en pocas palabras, ser sinceros 2.
El ingeniero chileno, Ricardo San Martín, desde hace algunos años se dedica a investigar el ecosistema emprendedor en Silicon Valley y ha descubierto que la confianza forma parte de la "infraestructura invisible” (la cultura) de la región y es un elemento indispensable para el desarrollo de negocios. Los habitantes de Silicon Valley otorgan siempre el beneficio de la duda en primer lugar.
Ambos, mexicanos y latinoamericanos, tenemos una gran tarea: debemos encontrar más mecanismos generadores de confianza. Después de todo si tú tienes una pasión y no la compartes, entonces tú yo no estamos mejor que antes.